El último...

Domingo 1 de Octubre, 2204 horas, los parlantes de la estación Itagüi del metro de Medellín decían: "Señores usuarios, el tren que se encuentra en plataforma es el último que presta servicio comercial, favor abordar", afortunadamente ya estaba dentro del vagón, pensando en las tantas otras veces que hice uso del metro en horas más tarde creyendo ir en el último metro, ahora me daba cuenta que este era realmente el último en servicio, era la primera vez que me iba en el último, y también que el metro los domingos, como todo en un domingo, cierra temprano. Me volví a confiar, volví a comprender que aún no aprendo, y mientras veía pasar de estación en estación, veía como personas entraban y algunas pocas salían, las puertas en algunas estaciones volvían a abrirse para dejar entrar a las personas que no habían podido ingresar, el vagón no estaba muy lleno pero tampoco vacío, las pocas sillas de las que dispone estaban llenas en su totalidad, y algunas personas iban paradas, yo iba sentado con la mirada perdida, tratando de estar atento en lo que dijeran los parlantes y no pasarme de estación, pues estaba bastante distraido, cuando me bajé en San Antonio, ví que muchos corrían subiendo las escaleras hacia la linea B, yo caminé rápido y subí de a 4 o 5 escalones por paso (practicamente corriendo, no sé como), cuando llegaba a la plataforma oí de nuevo una alerta, esta vez con voz femenina: "Señores usuarios, el tren que se encuentra en plataforma es el último que presta servicio comercial en dirección San Javier". Eran ya las 2221 horas, y al ingresar al vagón me di cuenta que el afán había sido innecesario pues el tren esperó unos 5 minutos más para que nadie quedara fuera, esta vez ya cansado y agitado, me limité a esperar que el tren llegara a mi destino, mientras la frase dicha por la mujer se me repetía una y otra vez, "Señores usuarios... el último..." no terminaba de repetirse en mi mente cuando comenzaba otra vez... asi hasta que llegué a mi destino, bajé, y afortunadamente encontré un taxi libre, le dí las indicaciones y llegué a casa de nuevo.

Nunca aprendo...