Lo bueno del género de cine del que tanto hablo, es que hay una película para cada fecha especial, sea un día comercial o no, siempre habrá una película de terror, está Halloween, Trick or Treat y otras tantas: para el 31 de octubre, Friday the 13th: para cualquier viernes 13 en el año, Black Christmas o Silent Night, Deadly Night: para la época navideña, tenemos a Happy Birthday to Me y Bloody Birthday: para cuando cumplimos años, o la maravillosa April Fool's Day, para el día en cuestión, estas sólo por mencionar las más importantes.
Para hoy tenemos a la maravillosa My Bloody Valentine, y no hablo del grupo de rock shoegazer (que por cierto, música con un sonido bastante extraño...) extinto en 1991, me refiero a la película hecha en 1981. Un slasher muy entretenido, que cuenta la historia de un pequeño pueblo minero de EEUU, en el cual no se celebra el día de san Valentín desde hace 20 años, cuando un minero que había sobrevivido a un accidente en la mina, había tomado venganza de sus supervisores matándolos el día de san Valentín, extrayendo sus corazones y metiéndolos en cajas en forma de corazón, advirtiendo que mataría a cualquiera que volviese a celebrar el día de san Valentín en el pueblo… ahora después de tanto tiempo, se planea volver a celebrar el día hecho para vender y para hacer que los solteros nos sintamos más solos, todo está preparado y pues misteriosamente todos comienzan a ser asesinados por un extraño con un atuendo de minero.
La película filmada a comienzos de los 80´s hace uso de la fórmula que reinaría toda esa década, un slasher sin muerte juvenil, algo de sexo (implícito o explícito) y alcohol (y a veces drogas, pero no es requisito) no es slasher. Esta película me parece bastante buena, la actuación no es la mejor, pero la ambientación está muy bien, y tiene todo para ser considerada un clásico de la época. También hay una película llamada Valentine, hecha en el 2001, pero por muchas razones no tengo ni intereses de verla, al igual que el posible remake que harán de My Bloody Valentine, cosa que no me sorprendería para nada.
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